La exposición ‘Un siglo de esplendor’ estará disponible hasta el 28 de agosto
La exposición Un siglo de esplendor, coorganizada por la Agrupación de Cofradías de Semana Santa de Málaga, junto a su comisión del Centenario, así como con la Diócesis de Málaga y la Fundación Unicaja, plantea una muestra patrimonial con casi 200 piezas correspondientes a todas las cofradías y hermandades agrupadas de la capital, así como una selección de piezas de la provincia.
La muestra se puede visitar hasta el próximo 28 de agosto en la sede de la Fundación Unicaja (Palacio Episcopal), de 10.30 a 20.00 horas.
Esta exposición cuenta con la colaboración de Unicaja Banco, el Ayuntamiento de Málaga, la Diputación provincial y la Junta de Andalucía.
La muestra bajo la dirección y museografía del responsable del área expositiva del Centenario, Miguel Ángel Blanco; la coordinación general del gestor cultural Gonzalo Otalecu, el asesoramiento artístico de Rafael de las Peñas y la gestión y conservación de Marina Riera.
La exposición
Más de ciento noventa piezas, donde todas las cofradías y hermandades de Málaga están representadas, componen Un siglo de esplendor que da comienzo con la visita al patio central del Palacio Episcopal en el que se dispone el Jardín de la Pasión, una representación de la botánica cofrade, fundamental en la caracterización de los cultos internos y externos de las cofradías, donde se podrán observar todas las especies que componen el patrimonio floral y vegetal de nuestra Semana Santa con referencias a todas ellas y su significado.
La primera sala, El triunfo de la muerte en cruz, está cargada de simbolismo alegórico y pretende, a través de elementos y piezas claves en el procesionismo malagueño, trasladar la representación de la muerte de Jesús en las diversas disciplinas artísticas. Destaca en esta sala, entre otras piezas, el Catafalco de la Hermandad del Sepulcro, diseñado por Moreno Carbonero y realizado en los talleres del Padre Félix Granda en Madrid, así como los cuatro Jinetes de la Apocalipsis, obra del escultor malagueño Ruiz Montes, que figuran en el trono del Santísimo Cristo de la Redención de la Archicofradía de los Dolores de San Juan.
Bajo el título de Insignias de fe, se representa al inicio de la primera planta una selección de los hábitos nazarenos e insignias que, transmitiendo sensación de movimiento, encarnan la procesión de nazarenos, con hábitos de la singularidad del de la Hermandad de Viñeros o el guion de Coronación de la Virgen de la Soledad de la Congregación de Mena.
Dios y hombre es el titulo de la cuarta sala de Un siglo de esplendor que, a modo de pasarela, presenta las más singulares y valiosas túnicas bordadas en oro de los Cristos malagueños. Igualmente, se exhibe una selección destacada de atributos propios de las imágenes cristíferas, siendo éstas grandes obras de joyería y orfebrería. En esta sala se pueden contemplar obras históricas como la túnica bordada Nuestro Padre Jesús de la Puente del Cedrón de la Hermandad de la Paloma o las potencias en oro de Nuestro Padre Jesús Cautivo.
Los grupos escultóricos son los protagonistas de la quinta sala que, bajo el título de Cuerpo escénico transita en torno las imágenes secundarias que dan vida a diferentes pasajes de la Pasión de Cristo en las procesiones malagueñas, con las obras de los artistas más representativos de los siglos veinte y veintiuno, destacando el grupo escultórico de Nuestro Padre Jesús del Santo Suplicio, obra del imaginero y escultor Juan Vega; o la icónica imagen del sayón popularmente conocido como El Berruguita, obra de Navas Parejo como reproducción de la desaparecida talla de Gutiérrez de León.
La sexta sala la componen la alta joyería y orfebrería como atributos de la Virgen. Coronas, diademas y halos de las dolorosas malagueñas se recogen en este espacio denominado Signos de realeza. La corona de oro de la Virgen de las Penas o el halo de coronación de la Soledad de Mena son alguna de las piezas destacadas de esta valiosísima sala.
Y continuando con el arte, la muestra nos adentra en la Apoteosis del bordado. Un espacio doble donde, incluyendo la capilla del Palacio Episcopal, se muestran excepcionales obras del bordado en oro y seda, algunas catalogadas como bien de interés cultural; a través de mantos, palios y sayas entre las que destacan el manto de la Virgen de los Dolores de la Archicofradía de la Expiración o la saya bordada sobre tisú de plata de la Virgen de la Esperanza de la Archicofradía del Paso, obras del taller de Esperanza Elena Caro.
Regresando a la planta baja, prosigue la exposición con La otra pasión, una sala dedicada a la provincia de Málaga donde se representan algunas de las piezas patrimoniales más notorias de las localidades malagueñas, destacando el manto bordado de la Virgen de los Dolores de Ronda, obra de Emilia Salvador Ibarra; la corona de Nuestra Señora de la Paz de Antequera o la túnica de Nuestro Padre Jesús el Pobre de Vélez Málaga.
La exposición concluye en la sala final que, bajo el título de La vida eterna, nos devuelve, como al inicio, a un espacio alegórico donde triunfa la resurrección frente a la muerte inicial y al último sentido de la liberación y redención del género humano, donde aparece el Santísimo Cristo Resucitado de José Capuz sobre una peana alegórica, obra del artista José Martín España.