por Alberto Martínez López
CARMONA, una ciudad que nos maravilló a todos
El pasado sábado 1 de febrero, tuvimos la maravillosa suerte de conocer una de las ciudades con más historia de nuestra querida Andalucía.
Empezamos nuestro día conociendo el conjunto arqueológico de Carmona, dónde se encuentra la Necrópolis Romana mejor conservada de Andalucía y el anfiteatro más antiguo de la Península Ibérica.
Un anfiteatro para 16.000 espectadores, construido para entretener a dos legiones romanas
El anfiteatro romano de Carmona, uno de los más antiguos de la península ibérica, es una imponente muestra de la presencia romana en la región. Construido en el siglo I d.C., tenía capacidad para albergar a miles de espectadores que se reunían para presenciar combates de gladiadores, cacerías de fieras y otros espectáculos públicos.
Su ubicación estratégica, excavada en la roca, no solo le proporcionaba una estructura sólida, sino que también maximizaba la visibilidad desde cualquier punto. Durante nuestra visita, pudimos contemplar los restos de las gradas, la arena central y las estructuras subterráneas donde se preparaban los espectáculos.
A medida que recorríamos este monumento histórico, era fácil imaginar el rugido del público y la intensa atmósfera de los eventos que alguna vez dieron vida a este lugar. Carmona, con su impresionante patrimonio arqueológico, sigue siendo un testimonio vivo de la grandeza y el legado del Imperio romano.
La tumba del Elefante
La Tumba del Elefante de Carmona es uno de los monumentos funerarios más enigmáticos y fascinantes de la Necrópolis Romana. Construida entre los siglos II y III d.C., esta singular tumba recibe su nombre debido a una escultura de piedra que se asemeja a un elefante, posiblemente una representación simbólica vinculada a cultos funerarios o de protección en el más allá.
El recinto, excavado en la roca, tiene varias cámaras funerarias y se cree que en su momento también fue utilizado como santuario dedicado al culto de Mitra, una divinidad oriental muy venerada en el Imperio romano. Durante nuestra visita, nos asombró su excelente estado de conservación y la atmósfera cargada de historia que emana de sus muros.
Este lugar es un testimonio claro de las prácticas funerarias romanas y su relación con la vida espiritual y religiosa. Pasear por la necrópolis es conectar directamente con el pasado de Carmona, un enclave que no deja de sorprender por la riqueza de su legado histórico.»
La tumba de Servilia
La Tumba de Servilia es uno de los monumentos más destacados de la Necrópolis de Carmona. Construida en el siglo I d.C., esta majestuosa tumba subterránea perteneció a una acaudalada familia romana. Durante la visita, pudimos apreciar su diseño arquitectónico cuidadosamente trazado, con una amplia cámara funeraria y nichos donde se depositaban las urnas funerarias.
Sin embargo, lo que más cautiva es la imponente escultura que preside el recinto: una representación que se presume es de Servilia, posiblemente la figura más importante de la familia que allí descansaba. La estatua, tallada con gran detalle, refleja la elegancia y el estatus de las élites romanas. Vestida con una toga finamente esculpida, su expresión serena transmite un aire de solemnidad y dignidad.
Este lugar nos invita a reflexionar sobre el culto a los ancestros y el afán de trascendencia en la sociedad romana. Fue una parada especial en nuestra visita cultural, un espacio donde el arte y la memoria histórica se encuentran.
Alcázar Puerta de Sevilla
El siguiente paso en nuestra visita de la mañana, fue el Alcázar Puerta de Sevilla.
El Alcázar de la Puerta de Sevilla es una imponente fortaleza que se erige como uno de los símbolos más majestuosos de Carmona. Durante nuestra visita, recorrimos sus torres y murallas, que ofrecen unas vistas espectaculares de la ciudad y el paisaje circundante. Su origen se remonta a la época fenicia, aunque fue durante la dominación romana y la posterior ocupación islámica cuando adquirió su estructura defensiva actual.
La Puerta de Sevilla, con su impresionante arco de entrada, nos transporta a tiempos de conquistas y batallas. La mezcla de elementos arquitectónicos revela las distintas culturas que dejaron su huella en el monumento: desde la sobriedad romana hasta las elegantes soluciones arquitectónicas islámicas.
Durante nuestro recorrido, también pudimos adentrarnos en las salas del Alcázar, donde las gruesas paredes de piedra nos hablan de un pasado lleno de historia. Cada rincón de este lugar tiene algo que contar, desde su papel defensivo hasta su uso como residencia señorial en tiempos medievales. Sin duda, uno de los puntos culminantes de nuestra visita a Carmona.
Después de la visita al Alcázar, nuestro recorrido de la mañana finalizó en la Plaza de San Fernando, dónde pudimos contemplar muchísimas opciones para nuestra parada del almuerzo, nuestro grupo disfrutó tanto de tabernas locales con platos típicos de la localidad, como del maravilloso Parador, dónde terminaríamos posteriormente nuestra visita.
Visita de la tarde
Comenzamos la visita de la tarde en la Plaza de San Fernando, conociendo una pequeña historia sobre ella y de cómo sirvió durante mucho tiempo de Plaza de Toros para los habitantes de Carmona. Seguimos con un paseo por el casco histórico con datos muy interesantes de sus calles y plazas típicas. Incluso algunos tuvieron la suerte de disfrutar de una pequeña procesión que procesionó por las calles de Carmona esa misma tarde.
Iglesia Prioral de Santa María, inexplicable
Nuestra visita continuó en la majestuosa Iglesia Prioral de Santa María de Carmona, una verdadera joya del gótico andaluz. Construida entre los siglos XV y XVI sobre los restos de una antigua mezquita, la iglesia combina elementos arquitectónicos cristianos y musulmanes, creando un espacio de gran riqueza artística.
Al entrar, quedamos maravillados por sus altísimos pilares y bóvedas estrelladas, que parecen elevar el espíritu hacia el cielo. Destaca el impresionante retablo mayor, con una exquisita decoración en dorado que narra escenas bíblicas, y la delicada capilla del Sagrario, una obra maestra del barroco.
También pudimos admirar su elegante patio de naranjos, vestigio de la antigua mezquita, que sigue siendo un rincón lleno de paz y serenidad. Durante nuestra visita, no faltaron las explicaciones sobre los detalles escultóricos y las obras de arte que enriquecen el templo, reflejo de la profunda historia y devoción de Carmona.
Sin duda, la Iglesia Prioral de Santa María nos dejó una impresión imborrable.
También pudimos admirar su elegante patio de naranjos, vestigio de la antigua mezquita, que sigue siendo un rincón lleno de paz y serenidad. Durante nuestra visita, no faltaron las explicaciones sobre los detalles escultóricos y las obras de arte que enriquecen el templo, reflejo de la profunda historia y devoción de Carmona.
Sin duda, la Iglesia Prioral de Santa María nos dejó una impresión imborrable, siendo el broche perfecto para un día lleno de cultura e historia.»
Convento de Santa Clara
La penúltima parada de nuestra visita nos llevó al sereno y encantador Convento de Santa Clara. Fundado en el siglo XV, este convento combina la sencillez arquitectónica típica de los conventos franciscanos con una belleza singular en su patio y sus detalles mudéjares. A medida que recorríamos sus espacios, fuimos descubriendo una atmósfera cargada de paz y devoción.
Destacaron especialmente los bellos arcos de ladrillo y las bóvedas decoradas con yeserías. Las explicaciones sobre la vida conventual nos permitieron imaginar el día a día de las hermanas clarisas, dedicadas a la oración y al trabajo artesanal. Sin duda, un lugar que invita a la introspección.
Parador de Carmona
Para culminar nuestra visita, ascendimos al Parador de Carmona, ubicado en el antiguo Alcázar del Rey Don Pedro. Desde su privilegiada ubicación, las vistas sobre la campiña sevillana fueron simplemente impresionantes. La luz del atardecer teñía el horizonte de tonos dorados, creando un paisaje digno de una postal.
El edificio, una muestra magnífica de arquitectura mudéjar, nos envolvió con su historia y su elegante diseño. Disfrutar del recorrido por sus patios y salones, y detenernos en sus balcones para contemplar el paisaje, fue una experiencia inolvidable. Sin duda, el broche de oro para una jornada cargada de historia, arte y belleza en Carmona.
Gracias a todos
Desde Ciudad del Paraíso y Halcón Viajes, solo nos queda agradecer a todos los que tuvisteis la confianza en nosotros para acompañarnos en este maravilloso día, esperamos que pasaseis un día espléndido lleno de cultura e historia.
¡Os esperamos en la próxima!